martes, 12 de julio de 2016

Lo siento.




Afortunado eres, si del lugar del que partes, dejas atrás personas a las que poder regresar.
Afortunado eres, si al lugar al que llegas, encuentras personas en las que poderte refugiar.

Me marcho, y os dejo atrás. Soy consciente de mi ausencia y del dolor que deja y me resulta imposible alargar más estas cadenas que me atan a mi primer hogar.

Lo siento. Por todo. Por convertirme en un recuerdo, a veces tangible, que rápidamente vuelve a marcharse y deja impregnada la casa, con el aroma de la nostalgia.

Lo siento. Por todo. Por perderme fiestas y fechas señaladas. Por restar felicidad a todos esos buenos momentos con la imagen de mi silla vacía. Por acuciar aún más la soledad que sientas, cuando no encuentres mi hombro en cualquiera de esas noches tristes.

Lo siento. Por todo. Por creerte algún día reemplazable y descubrir después de todo, que nos hacemos tanta falta como algún día creímos querer olvidarnos. O quizá solo fui yo.

No lo sientas. Por nada. Porque debo crecer, aunque sea lejos de ti. Porque sé que estás siempre, aunque estés lejos de mi. Porque volveré siempre. Volveré siempre Mamá.